Desde Triana

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22 de marzo de 2010

Gitanos, breves apuntes sobre una....¿ persecusión?.


l motivo de mí artículo no es otro que analizar fríamente unos datos e   intentar aportar un poco de luz sobre un tema tan controvertido, como la persecución del pueblo  gitano. En este tema, suelen manejarse datos muy a la ligera, como el artículo aparecido en el periódico Navipens Romaní (Noticias gitanas), en el cual se asegura que el pueblo gitano es vejado desde 1425. Efectivamente, el primer documento que habla de los gitanos en España, data de ese año. Es un salvoconducto dado por Alfonso V  de Aragón al jefe de una tribu gitana, llamado Juan de Egipto Menor. En éste se consignaba que dicha tribu podía ir a cualquier parte de su reino y que fuese bien tratada y recibida: de no cumplirse esta premisa, caerían bajo la ira e indignación del rey. No creo que esto pueda llamarse una vejación.

El último salvoconducto se dio el 29 de Mayo de 1484 ,en Castelló de Ampurias, por el Infante D. Enrique de Aragón, lugarteniente de Cataluña  y Mallorca, siendo un seguro de protección a D. Martín, D. Luis y D. Felipe, condes de Egipto Menor.

Efectivamente, en 1499 sale la primera ley restrictiva contra los gitanos, promulgada por los Reyes Católicos en Medina del Campo. Esta pragmática es quizás la primera Ley de Extranjería que se dicta en España, porque no hay que olvidar que los gitanos eran extranjeros. Pero si analizamos la pragmática: "Se prohíbe que anden juntos por los caminos, deben de tomar viviendas de señores a quien servir o dentro de setenta días tienen que abandonar el reino. La pena para los que no lo hicieran es que le den 100 azotes y los destierren, la segunda vez  les corten las orejas y estén sesenta días en cadenas y los vuelvan a desterrar y la tercera vez, que sean cautivos de los que lo tomaren de por vida", podemos comprobar que no se persigue al gitano como tal, sino al incumplimiento de una ley que, por muy injusta que ésta pueda parecer, hay que situarla dentro del contexto de las leyes que regían en aquella época, donde un simple robo se condenaba con 100 latigazos, al corte de las orejas o de un pié, dependiendo de la importancia del mismo. A pesar de esta pragmática, los gitanos siguieron en España, sin cambiar sus hábitos de vida, y eso lo demuestra la serie de pragmáticas que se publicaron, a saber: 9 de Mayo de 1633, 12 de Junio de 1695, 30 de Junio 1717 y 19 de Julio de 1746 ,  todas ellas veían la luz por incumplimiento de las anteriores. En cambio, si lo comparamos con el pueblo judío, bastó con la de 1492 para expulsarlos. Y para acabar con los moríscos, las de 1609 y 1610. La diferencia es que los gitanos fueron competencia de la Santa Hermandad y no merecieron la atención de la temida y temible  Santa Inquisición, quizás debido a su escaso nivel económico, sus nulas prácticas religiosas y su absoluta indiferencia política.

Tenemos que irnos al 30 de Junio de 1749, en el que Fernando VII dicta una pragmática, para considerar un verdadero ataque al pueblo gitano por el simple hecho de serlo, ya que se dispone que todos los gitanos sean recluidos sin tener en cuenta edad ni sexo, pero ésta tiene un corto periodo de vigencia, hasta el 28 de Octubre de 1749 en que es derogada, reconociéndose que sólo ha servido para que abunden los abusos.

En 1783, Carlos IV, publica una nueva pragmática, que reconoce como españoles a todos los gitanos nacidos en España, pero también de nuevo, hace hincapié en que deben de abandonar su vida errante.

Ya en época más cercana, en 1933, la República decreta la Ley de Vagos y Maleantes, pero esta ley es aplicada a todos los ciudadanos por igual, no sólo a los gitanos. En 1941, Franco decreta la obligatoriedad del castellano y proscribe los demás, no sólo el caló, sino también el catalán, vasco, etc.
En 1942,  se reforman las ordenanzas de la Guardia Civil, a la que se le encomienda la vigilancia y control de los gitanos.

Hasta aquí me he limitado a aportar unos datos, sacados en su mayoría del libro, "Historia del pueblo gitano", realizado por la Asociación para la Promoción Gitana de Almería, con lo cual no creo que se me pueda tachar de racista. Ahora que cada cual saque sus conclusiones, sabiendo de antemano que es un tema que, casi siempre, se trata con poco rigor histórico y con mucha demagogia.


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