A Dios rogando.

" No explotes al pobre y necesitado, ya sea uno de tus hermanos o uno de los extranjeros que viven en tus ciudades. Págale cada día su salario, antes de ponerse el sol, pues es pobre y espera impacientemente su jornal."

Deuteronomio 24,14-15.

Zapatero leyó esta plegaria de la Biblia durante el discurso que dio en Washington, con motivo de la celebración  del Desayuno Nacional de Oración. Debería recordar también este refrán castellano:" A Dios rogando y con el mazo dando", con el mazo de la eficacia y de las fórmulas que saquen a nuestra economía de la UCI, porque Dios ayuda a quien se ayuda.

Somos más de 4.000.000 de españoles los que sufrimos a diario nuestro particular Vía Crucis, donde estación a estación, vamos dejando, al igual que Cristo, nuestra sangre, dignidad y confianza en el sistema.

• 1ª Estación: Jesús es condenado a muerte por Poncio Pilato. Quienes son hoy los modernos "Pilatos y Caifases", que condenan a los trabajadores al despido, los políticos o los empresarios.

• 2ª Estación: Jesús carga con la cruz. El Cristo vivo que hoy es el obrero, también carga con su pesado madero "el desempleo".

• 3ª Estación: Jesús cae por primera vez. Así también, nosotros caemos en la desesperación, cuando vemos que nuestros sueños se han venido abajo.

• 4ª Estación: Jesús encuentra a su madre. Al igual que nosotros que tenemos que recurrir a ellas, como paño de lágrimas de nuestras desgracias.

• 5ª Estación: Simón el Cirineo le ayuda a llevar la cruz. Los familiares y amigos nos ayudan en los primeros momentos de nuestra particular pasión.

• 6ª Estación: La Verónica le limpia el rostro a Jesús. Al igual que nuestras primeras lágrimas son enjugadas amorosamente por nuestras esposas y somos reconfortados con sus palabras de ánimos.

• 7ª Estación: Jesús cae por segunda vez. Ante la falta de respuesta a nuestras peticiones de trabajo, sólo recibimos, frases hechas y huecas, ya le avisaremos, no cumple el perfil que estamos buscando, volvemos a caer en la desesperación.

• 8ª Estación: Las mujeres de Jerusalén lloran por Jesús. Los representantes de los trabajadores (los sindicatos) también se dedican a llorar, pero sólo a eso, llorar, pero a no hacer algo que pueda incomodar al gobierno, que le concede sustanciosas subvenciones.

• 9ª Estación: Jesús cae por tercera vez. Los trabajadores cansados de promesas incumplidas, de puertas cerradas, de excusas, también caemos, pero en la tentación de creernos todas las promesas que los gobernantes nos hacen para que les sigamos votando.

• 10ª Estación: Jesús es despojado de sus vestiduras: igualmente somos despojados de nuestra dignidad, orgullo y medios de vida.

• 11ª Estación: Jesús es clavado en la cruz. igualmente somos clavados, con finiquitos abusivos, ERE pactados a nuestras espaldas, con cierres patronales que sólo benefician a patronos sin escrúpulos, y como Jesús abandonados por los nuestros (los sindicatos).

• 12ª Estación: Jesús muere en la cruz: Para él  llegó la resurrección, representada, simbólicamente en pintura, por el renacer del madero en que se aprecia su vuelta a la vida por los nuevos brotes que comienzan a brotarle, pero para nosotros los famosos brotes verdes del gobierno, sólo han traído el florecimiento del desempleo. 

Cada mañana nos enfrentamos a nuestro calvario particular de: vuelva usted mañana, deudas vencidas, cuentas en descubierto, avisos de corte,  lista de morosos, cola de penitencia en el INEM, sello en la cartilla, desahucios, prestación por desempleo.... Camino sin horizonte, sin futuro, de pan para hoy y hambre para mañana, cuando lo que queremos es ganarlo con el sudor de nuestra frente. La multiplicación de los panes y los peces, para dar de comer a los hijos, todos los días, se vuelve quimera, cuando no hay panes ni peces.  El pan nuestro de cada día, seguir tragando orgullo y en muchos casos,  recurrir a Caritas o a comedores sociales para no gravar más a familiares y amigos.

Mientras los políticos se preocupan en buscar la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, el desempleo sigue aumentando y la desesperación del ciudadano y su impotencia, lo llevan a la postración más absoluta.